Si no cambió contigo tampoco lo hará sin ti

Por lo general me llegan casos de personas que están en un serio dilema. En resumen, me hacen entender que, tras ya un tiempo de haber terminado sus relaciones, llega ese ex con intención de reconquistar y de recuperar parte de su territorio.

Siento arruinarte tu posible alegría, pero cuando me llegan este tipo de mensajes, tengo casi la certeza de que el ex solo quiere tener una noche de diversión contigo para luego regresar a su vida normal… En otras ocasiones tan solo se trata de que su ego quiere confirmar que te tiene allí muriéndote por él o por ella… En ambos casos no ha habido una comunicación sincera por ninguno de los dos.

No obstante, no quiero que este artículo sea como una recriminación por haberte dejado llevar por sus lindas palabras ante un momento de debilidad; quiero que entremos al terreno reflexivo y también práctico…

¿Qué te hace suponer que tu ex ha cambiado? Y si lo hizo, ¿qué te hace pensar que cuando regrese contigo habría de conservar ese cambio?

Es duro reconocerlo: hay veces en las que dos personas actúan perfectamente bien separados; pero unidos son una especie de un experimento fallido en la clase práctica de química en la que un alumno travieso decidió combinar dos elementos que juntos son explosivos (y no estoy hablando de explosivos en el sentido de ser un amor pasional y desenfrenado, sino de aquellos que terminan destruyéndose a sí mismos).

Hay veces en que ni las terapias pueden hacer para ayudarlos y lo que ellos necesitan es algo verdaderamente sencillo; pero por tener corazones muy deteriorados entre sí, no lo ven tan claro: dejar sus egos, sanar una temporada y dedicarse a ellos mismos, sin esperar a que la (ex) pareja cambie, sino aceptar sus virtudes y defectos hasta donde el amor propio (la autoestima) les indique si es saludable o no seguir con esa persona.

De pronto, amándose bien a sí mismos, podrán deducir que la acción más amorosamente posible por la pareja, en esas circunstancias, es permitir que viva su vida lejos de uno, para que se encuentre consigo mismo(a) y quizás logre encontrarse con aquella persona cuya combinación de elementos químicos entre sí dé como resultado una historia llena de más momentos gratificantes que destructivos.

Pero si cambió sin ti (este tiempo lejos de ti), ¿qué te garantiza que cuando vuelva contigo siga conservando ese cambio?

En Programación Neuro-lingüística existe un término llamado “Anclaje” que explica cómo es que determinados estímulos provocan determinadas reacciones. Y tú, aunque la esperanza te quiera hacer creer lo contrario, eres el anclaje que provoca determinada reacción en esa pareja. Por ejemplo: Si esa persona siempre mostró su lado más gruñón e irritable es porque tú, de forma inconsciente, has desencadenado esa parte de su personalidad. Incluso lo mismo pasa con las personas infieles, ellos ya están tan acostumbrados a sacarle los cuernos a esa pareja que les resulta muy difícil resistirse a cambiar. (Quizás, con otra persona, tengan el deseo más genuino de realmente serles fiel sin tanto esfuerzo).

Por tanto, aquí también tenemos que enfocarnos en ti. ¿Por qué será que justamente los últimos tres novios que tuviste empezaron a aprovecharse económicamente de ti? Algo en ti provoca que ellos te traten de esta manera: eres ese estímulo que provoca tal reacción que a ti no te gusta.

Pero esto no es para echarte la culpa; es un proceso de conocimiento. Y ahora que estás tratando de recuperarte de tu ruptura amorosa, tu trabajo es conocerte porque recuerda que no puedes amarte si no te conoces.

Volviendo al caso, ¿por qué esperas que tu ex cambie contigo?

Sería más saludable, en este caso, aceptar que sin ti será más feliz, aun cuando el tan solo pensar que tu ex pareja la pasará bien con otra persona, te provoque no solo incomodidad sino también dolor… Pero, solo para reflexionar y también para finalizar, si realmente amabas a esa persona, ¿no le desearías que le fuera bien?… Porque cuando terminas comprendiendo que cuando le dedicas determinada energía a alguien, ello mismo estarás deseando para ti. Además, todo aquello que das al mundo, termina volviendo a ti en forma de energía. Y desde ahora, por más que la tentación de odiar o culpar a alguien ajeno a ti, debes asegurarte de que aquellos deseos te reconforten y te ayuden a pensar con más claridad… Por tu bien y por el de los demás.

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